El trato con el cliente te llevará al éxito o al fracaso.



Todos ofrecemos los mismos servicios y todo está inventado, pero el trato al cliente es lo que nos diferencia del resto de competidores.


Y eso lo sabemos muy bien en Art Translation. Hace unos meses necesitaba la colaboración de otra agencia de traducción para una combinación de palabras poco usual y el cliente la necesitaba en un tiempo récord. Tuve que ponerme en contacto con ellos un sábado por la tarde ya que decían ofrecer traducciones de urgencia. Les envié el documento a traducir para valorar la dificultad de la traducción, así como el coste y el tiempo que les llevaría a hacerlo.

Me dieron un precio X por palabra, o caracter chino en este caso, a lo cual les pedí que me dieran un precio global por todo el documento para valorar si me salía rentable o no encargarles el trabajo.
La respuesta de ella fue "cuenta tú las palabras que no es tan difícil" la respuesta me causó tal rechazo que tenía dos opciones, o escribirle poniéndola en su sitio o pasar olímpicamente de contestar.
Opté por la segunda opción, ya que no quería perder mi tiempo. ¿Cuál fue el resultado para ellos? Aunque me dieron un precio razonable ni les encargué el trabajo ni jamás los recomendaré a nadie.

Acto seguido conocí a una traductora chino-holandés que a pesar de ser fin de semana me atendió muy amablemente, me dio un precio más elevado pero preferí trabajar con ella porque su empatía me aseguraba que el trabajo iba a estar a tiempo y de buena calidad.

Entonces, ¿cuál es la clave para conseguir clientes? 

El trato cordial en primer lugar y segundo hacer bien el trabajo, evidentemente. Pero, para mí es muy importante, que el cliente se sienta a gusto y confíe en ti, es la única manera de prosperar en un negocio en el que saltan 200 agencias de traducción de la nada, inclusive con webs modernas y tecnología punta que puedes enviar directamente los documentos a traducir y te prometen que en 2 días estarán terminados. Me parece genial, pero sinceramente me quedo con aquella que además de profesionalidad, me abra las puertas de su negocio y me haga sentir como en casa.

Ahí radica el éxito del negocio, sin importar cuántas veces nos llame el cliente para cualquier duda, hay que entender que el cliente no es experto en traducciones, y cualquier duda que para nosotros es obvia, no para él. Yo me convertí en cliente de una agencia de traducción por unos momentos, pero la experiencia fue bastante desagradable. Me animó a seguir con mis objetivos, porque pensé, si así trata la competencia a los clientes, no tengo competencia.






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